¿Existe algún vínculo entre nuestra provincia y Alberto Olmedo? Sí. Hay un ejemplo meramente urbanístico, anecdótico e irrelevante, pero azaroso y alusivo al fin, capaz de familiarizarnos con el rey del humor argentino. "El Negro" se crió junto a su madre, Matilde, en la calle Tucumán 2765, en el barrio Pichincha, ciudad de Rosario. 

Hasta mediados del siglo XX, el vecindario santafesino fue un imperio prostibulario, peligroso y marginal. El lugar menos indicado para amamantar a un capocómico en potencia. Sin embargo, la sonrisa le brotaba con naturalidad, a pesar del abandono paterno.

Asistió a clases en una escuela nocturna, trabajó en una verdulería, en una carnicería. Fue contratado para aplaudir en el teatro rosarino La Comedia, practicó gimnasia plástica en el Club Atlético Newell's Old Boys y fue miembro de un grupo artístico en el Centro Asturiano, donde -entre otros números- bailó vestido de mujer junto a su amigo Toño Ruiz Viñas, con quien formó un dúo humorístico.

En 1954, Olmedo armó la valija y se fue a probar suerte en Buenos Aires. Triunfó. Hizo más de 15 programas de televisión, actuó en casi 50 películas e incursionó en el teatro. Inmortalizó una veintena de personajes legendarios y se caracterizó por hacer humor para adultos mientras su "Capitán Piluso" atraía a los más chicos, convirtiéndolo en ídolo de todas las audiencias.

"El Negro" murió el 5 de marzo de 1988 en Mar del Plata. Luego de una noche de excesos junto a su pareja Nancy Herrera, se cayó del balcón de su departamento, ubicado en el piso 11 del edificio Maral 39.

Puntos de vista

Un gran maestro de la improvisación
Manuel Villarrubia Norri
(actor, humorista y profesor de teatro)

Alberto Olmedo fue el gran maestro de la improvisación y, en ese sentido, es un referente para los humoristas. Ya otros comediantes improvisaban antes, pero ninguno del modo en que él lo hacía. Veo sus sketches y me parece increíble cómo va sosteniendo la línea de espontaneidad y hasta sorprende a sus partenaires. Porque eso pasaba con Olmedo: no sólo tenía el don de improvisar, sino que además sabía contener a sus compañeros cuando lo hacía, de modo que ellos también pudieran hacer un buen remate. Y eso es realmente muy difícil en la actuación. Hay que tener muchos años de entrenamiento y un ojo clínico para saber el momento en que intervenir de ese modo: ni un minuto antes, ni un minuto después. Además, era un autodidacta: quizás si hubiera estudiado no habría sido tan espontáneo. Él se salía de las estructuras, al punto de que se cuenta que, entre escena y escena se quedaba dormido. Es decir, ¡el guión lo hacía dormir!

Pícaro, seductor y encantador
Patricia García
(directora y profesora de teatro de la Facultad de Artes)

Algunas mujeres podían o no coincidir con su humor, pero era encantador. Una quedaba seducida por la lucidez de su ingenio. Manejaba el teatro de revista o el chiste con doble sentido de manera que ponía incómoda a la mujer pero lo decía con una gracia magistral y no pasaba la línea. Estaba en el medio. Tenía un poder de seducción, era pícaro. Se notaba en su mirada, desde un chiste no tan elegante hasta el chiste sutil inteligente. El humor era parte de su manera de vivir y de ver el mundo. Siempre buscaba la manera de sacarle una sonrisa a determinadas situaciones, con cierta socarronería. El Chapulín y el Capitán Piluso tuvieron la misma trascendencia, son personajes inolvidables y atemporales. Olmedo interpretaba personajes populares, universales, queribles, sencillos, naturales pero con una mirada inquisidora del mundo. Eran antihéroes. Era un gran maestro de la improvisación. Ahora hay imitadores, pero no improvisadores.

Risas infantiles y café con leche
Oli Alonso
(actor y director teatral)

Yo soy de la época del Olmedo del "Capitán Piluso". Como comediante era maravilloso, pero lo que hizo después no me interesó. Yo lo veía cuando era chico, era muy convocante. No era muy común ver ese tipo de programas en televisión durante esa época. Además lo veía en blanco y negro, a la hora de tomar el café con leche por la tarde. Era el clásico. Sus trabajos posteriores me parecieron pasatistas y comerciales. Sin duda, un humorista extraordinario que, en principio, ofrecía una cuestión muy original. Su impronta géstica y su locura eran parecidas a las de Jim Carrey, por ejemplo. Por muy gracioso que pudiera ser, él se agotaba en una generación y aparecía en otra. Hacer humor satírico y bastante popular tiene sus ventajas. Después empecé a transitar otras interpretaciones como actor, hice otro tipo de humor. Olmedo me marcó en la infancia, estaba pegado al televisor, esperando. Nos prendíamos con los amigos y nos matábamos de risa.

El hombre y su obra

De clase baja.- Nació el 24 de agosto de 1933. Su mamá se ocupó de que asistiera a una escuela nocturna para que la mañana trabajara "de cualquier cosa", con un barrio rosarino de clase baja como telón de fondo.

La troupe de la TV.- A fines del 54 viajó solo a Buenos Aires, con su creatividad y su hambre de triunfar como equipaje. Se integró en el elenco de "La troupe de la TV", donde su capacidad de improvisación fue aplaudida masivamente por primera vez. El programa se emitía por Canal 7. 

Bazooka y "tiracables".- Aquellos estudios de televisión le enseñaron otro oficio que Olmedo no abandonó jamás: el de "tiracables". En 1957, el productor Julio Moller le ofreció protagonizar un ciclo infantil los sábados al mediodía y nace "Joe Bazooka". El programa duró tres años, pero Olmedo no deja de trabajar como técnico en Canal 7.

Chicos en la casa y en la TV.- En 1958 se casó con Judith Jaroslavsky y en diciembre del mismo año nació su primer hijo, Fernando. En 1960 comienza en Canal 9 El Capitán Piluso, su primer gran éxito, junto con Coquito, encarnado por Humberto Ortiz, quien también era el autor de los libretos. En 1962 nació Marcelo, su segundo hijo. Dos años después llegó Mariano, el tercero.

Operación ja já.- En 1964 ingresó al elenco de Operación Ja-Já, programa de Gerardo y Hugo Sofovich. En ese ciclo nacen los personajes Rucucú y el Yéneral González. Luego participará de varios programas: "Vivir es una comedia", "El botón", "El test de las familias", entre otros. Paralelamente, se separa de su primera esposa y se casa con Tita Russ, con quien tiene a Javier y a Sabrina, la única hija mujer.

Una broma pesada.- En 1973 se estrena "Los caballeros de la cama redonda", la primera de sus muchas películas, y en 1975 debutó en el teatro de revistas. En 1976, en plena dictadura militar, inauguró su programa "El chupete" con el anuncio -en broma- de su "desaparición física". A raíz de eso, el ciclo fue levantado y Olmedo no obtuvo trabajo en la TV hasta 1978.

Calle y escena.- En 1980 protagoniza junto a Susana Giménez el ciclo "Alberto y Susana". Pero no es hasta la aparición de su último show, "No toca botón", dirigido por Hugo Sofovich, que no se desata la "fiebre Olmedo". En él desplegó su capacidad histriónica en una galería de personajes que aún permanecen vivos en el imaginario. Observador de las cualidades del argentino medio, supo combinar la picaresca de la calle con la mística de la escena, y ciertas expresiones como "éramos tan pobres" o "adianchi", son desde entonces parte del lenguaje cotidiano nacional.

Trágico final.- En el verano del 88 se estrenó su última película, "Atracción peculiar", junto a Jorge Porcel. El 5 de marzo de ese año murió al caer desde el piso 11 de un edificio de Mar del Plata. La única que se encontraba con él en ese momento era Nancy Herrrera, su última pareja. Ella estaba embarazada del sexto hijo de Olmedo.